¿Cómo entrenan los pilotos?
Aunque el número de títulos de Marc Márquez en el último lustro diga lo contrario, las hojas de tiempos de MotoGP revelan, desde hace tiempo, que la categoría reina está más igualada que nunca. No hay margen para el error: las pole positions se determinan por apenas unas centésimas en la mayoría de los Grandes Premios y en algunas carreras, como el #CzechGP 2020, los diez primeros pilotos cruzan la meta en menos tiempo del que se tarda en nombrar a los pilotos turcos del Mundial de Superbike.
Este contexto de extrema competitividad está propiciado por numerosos factores, como la electrónica común, el sistema de concesiones y un grado de profesionalización sin precedentes en todas las áreas del Mundial, incluida la preparación física. Desde un punto de vista cargado con su pragmatismo habitual, Kenny Roberts dijo que el entrenamiento ideal para ir en moto ―¡sorpresa!― es ir en moto, pero pasar muchas horas sobre dos ruedas parece insuficiente para ser campeón. Preguntar si un piloto entrena más que otro es cosa del pasado: lo interesante es comprobar cómo utiliza la tecnología en su programa de entrenamiento o cómo optimiza su rendimiento en el plano cognitivo.
Para ofrecer una perspectiva global sobre el entrenamiento idóneo para competir en MotoGP, Cinta Americana ha entrevistado a dos expertos en la materia: el Dr. Ferran Abat, traumatólogo deportivo y director de la clínica ReSport de Barcelona, y Xavi Martos, preparador físico del piloto de Fórmula 1 Checo Pérez y autor del libro Preparación física en automovilismo: metodología integrada. A partir de sus testimonios, y utilizando una serie de entrevistas previas sobre este asunto, se ofrece un recorrido por la receta perfecta para que el piloto ofrezca su mejor versión sobre la moto.
Las cuestiones básicas
De acuerdo con Tomás Comas, preparador físico de Joan Mir, el motociclismo actual exige profesionales con unas características físicas muy claras: “Con las nuevas tendencias del motociclismo, el piloto debe ser grande y fuerte, para tener fuerza y llevar la moto adonde él quiera”. Sin embargo, este no es el único requisito, puesto que, según el doctor Ferran Abat, es necesario que el piloto reúna otros factores, como que sea flexible y que su potencia muscular no conlleve un excesivo peso. Dicho de otro modo: no basta con levantar hierro o correr en la cinta: hay que desarrollar un programa de entrenamiento global en el que se trabajen numerosas variables al mismo tiempo: fuerza y equilibrio, resistencia, velocidad y capacidad de concentración… En definitiva, para Abat, el objetivo “siempre es trabajar la mayor potencia muscular con el menor peso posible”, porque no tiene sentido tener un piloto de 120 kilos, por muy fuerte que esté”.
Del mismo modo, la preparación física también se centra en prevenir las lesiones. “Lo que hacemos, sobre todo, es tener en cuenta la posición del piloto encima de la moto, la aerodinámica… A partir de ahí, por ejemplo, vemos cuál es el gesto que va a hacer con los antebrazos, o con las piernas. Todas las partes que están implicadas para practicarlo, debemos potenciarlas al máximo posible”, pormenoriza Abat.
El propio Marc Márquez corrobora estos argumentos en un reportaje para uno de sus patrocinadores: "Tienes que estar lo más preparado posible, lo que no significa tener mucha fuerza, sino velocidad de reacción, tonificación, explosividad y manos. En esas situaciones [las salvadas características del #93] se tira mucho de ingle, porque con una pierna empujas contra el suelo y con la otra, contra la moto. Aunque parece que tienes que levantarte, tienes que empujar contra el suelo y eso, a veces, hace que te levantes".
También existen formas menos ortodoxas de mejorar el rendimiento en caso de incidente, como la del expiloto de WSBK Rubén Xaus. "Solía caerse mucho. Tenía un trampolín a nivel del suelo y solía ponerse el casco y las botas, saltar y rodar en diferentes situaciones. En toda su carrera, creo que la única vez que vi a Rubén lesionarse fue sobre una BMW en Brno", explicó Cal Crutchlow, otro corredor que se ha mostrado crítico con ciertas formas entrenamiento: "Probablemente, me he caído las mismas veces que Marc Márquez, pero no he estirado un solo segundo en mi vida. No voy a empezar a ponerme las piernas por detrás de la cabeza como hace él, haciendo cosas que deberían estar en un canal de Internet. Podría funcionar, pero simplemente no tengo tiempo para ello con una niña y todo eso".
El problema es que el ámbito de estudio sobre la preparación física orientada al motociclismo es joven. Por esta razón, tanto el conocimiento como su grado de aplicación son escasos, en comparación con otras disciplinas como el atletismo o el fútbol. “En el motociclismo, por desgracia y desde mi punto de vista, hay mucho anarquismo [...] La gente trabaja según sopla el viento. Muchos consideran que no necesitan entrenador de pista, que no necesitan preparador físico. Que solos van a ganar y van a ser los mejores. Para mí, ese es el mayor error de todos”, explica Comas.
A pesar del amplio margen de mejora que existe, el grado de profesionalización es cada vez mayor, y la tecnología contribuye a esta efervescencia. Resultan llamativas, en este sentido, las posibilidades que ofrecen los dispositivos wearables que el piloto puede llevar encima mientras realiza cualquier actividad física. Una auténtica telemetría para el ser humano. Abat afirma que incluso es posible medir el nivel de estrés —entendido como incomodidad o ansiedad— con el que un piloto afronta los distintos sectores del circuito para comprobar si existe algún tipo de problema en alguno de ellos, como el temor que provocaría una caída previa o la falta de grip. De forma similar, el doctor Riccardo Ceccarelli, director del centro italiano Formula Medicine, trabajó con Scott Redding y Jack Miller a través de ejercicios en los que ponían al límite sus capacidades mentales y físicas para medir lo que ocurría a través de unos sensores y utilizar ese conocimiento para mejorar sus capacidades de pilotaje. La tecnología también está presente en otras actividades, como la utilización de luces de reacción para trabajar la explosividad en los entrenamientos del día a día, las máquinas de presoterapia para la recuperación de piernas tras un entrenamiento o las herramientas destinadas al entrenamiento cognitivo.
La importancia del entrenamiento cognitivo
Entre las tendencias más actuales para la preparación de atletas de élite en deportes de motor, destaca el trabajo cognitivo. Esta actividad, que cada vez adquiere un mayor protagonismo, está orientada a mejorar la toma de decisiones de los deportistas. Las disciplinas de motor son consideradas como actividades “situacionales”, en palabras de Xavi Martos, porque la mera existencia de un físico excelente tiene menos relevancia que en deportes “de prestación”, como el ciclismo. No en vano, variables como la atención o la concentración juegan un papel determinante en el resultado de una carrera.
Este entrenamiento cognitivo se puede llevar a cabo de numerosas formas: en el caso de la Fórmula 1 (y Martos está trabajando en un proyecto para que esto sea posible en el motociclismo también), con simuladores. También con ejercicios de entrenamiento cerebral —a través de apps como Lumosity— que incluso pueden ser beneficiosos si se realizan antes de una carrera: “Se ha demostrado que, si tú, haces ejercicios de memoria, de agilidad mental, llegas a fabricar más células en el hipotálamo. Antes de una carrera, de coches por ejemplo, si trabajas la memoria, ayuda muchísimo. Directamente. Porque, al final, en motos y en coches tienes que tomar decisiones”.
Por supuesto, la aspiración es integrar el trabajo cognitivo y el trabajo físico a través de ejercicios que combinen ambas variantes. “Si yo te estoy tirando a ti una pelota medicinal y tú tienes que hacer una sentadilla con ella y devolvérmela, tu cerebro, al final, integra ese movimiento y lo hace muy sencillo. Lo ideal es empezar en estático, pero cuando ya lo dominas [...], si yo pongo un plano de apoyo que crea perturbaciones, hace que tu cerebro tenga que estar todo el rato integrando esa información. Eso es muy útil, porque es muy diferente que un piloto esté corriendo solo en la pista y que haya otra gente con ellos, que precisamente aportan esas perturbaciones. O hay una mancha de aceite, o un exceso de viento. Estos entrenamientos que se desarrollan desde hace varios años incrementan la capacidad de ir al límite y de reaccionar”, detalla Abat.
Estrategia, táctica… Y diversión
Con esta perspectiva integradora siempre en mente, tanto las actividades físicas como las cognitivas se encuadran en un programa de entrenamiento que tiene en cuenta las necesidades de los pilotos en el corto y en el largo plazo. Comas recuerda que el objetivo número uno de cualquier preparación es que el piloto "esté fresco para lo realmente importante, que es pilotar". Por tanto, todo se prepara para que el estado de forma de los corredores sea perfecto cada domingo.
De acuerdo con Martos, existen tres estados de forma distintos para un atleta de élite: el general, el de alta forma (orientado a las carreras) y el óptimo, orientado a los momentos más importantes de la temporada. Sin embargo, esta aproximación, que puede resultar especialmente útil en otros deportes, como el fútbol, es más difícil de aplicar a una disciplina en la que todas las pruebas cuentan lo mismo. Al menos en cuanto a puntos. Por eso, lo más habitual es que se trabaje el estado de forma general durante la pretemporada y el estado de alta forma durante la temporada. Después, por supuesto, se contemplan estados óptimos, en caso de que sea necesario, y también una pérdida de forma, para favorecer la regeneración. Las vacaciones y el descanso, vamos. Todo se organiza en torno a unos microciclos de trabajo, que se corresponden con semanas naturales. Los hay de recuperación, de preparación o de competición, entre otros, y se programan en función de las necesidades que el piloto tiene en ese momento. Existe una estrategia muy bien definida que contempla tanto el largo plazo como las acciones tácticas de cada día.
A consecuencia de estas modificaciones constantes, los ejercicios deben variar. “No puedes estar entrenando siempre lo mismo. Del mismo modo que es importante que una dieta sea variada y que vaya modificándose, con el entrenamiento ocurre lo mismo. Es muy importante que todo el equipo de preparación física trabaje en conjunto, porque vas a tener que ir cambiándola a lo largo de las diferentes etapas de un año de competición”, reconoce Abat. Y, según Martos, existen sesiones en las que incluso la persona encargada de la fisioterapia, del tratamiento psicológico y de la nutrición acuden a una sesión de entrenamiento en el circuito para optimizar la preparación del deportista.
La diversificación de actividades también permite cierto alivio al piloto, que no se ve obligado a repetir las mismas tareas día tras día durante meses. Su preparación es global y también orientada específicamente a su labor sobre la moto, con una cierta preocupación porque sea divertida y exista adherencia al entrenamiento. Sin embargo, es necesario mantener ciertos límites, de acuerdo con el doctor Abat: “Se busca el entrenamiento funcional, pero a veces nos pasamos. Algunos entrenamientos parecen yincanas, y hay que encontrar el equilibrio entre hacer un entrenamiento estático con un entrenamiento de movilidad”.
En conclusión
En un contexto de altísima competitividad, la preparación de los pilotos de motociclismo profesionales aborda, cada vez con mayor detalle, numerosas variantes, entre las que destacan el trabajo sobre la moto, la actividad física, el entrenamiento cognitivo, la nutrición deportiva, el fortalecimiento psicológico y la prevención de lesiones. Si bien es cierto que la variable cognitiva está adquiriendo una especial importancia por su capacidad para determinar los resultados en deportes de situación, como las dos ruedas, las tendencias más actuales tienden a una planificación estratégica que engloba todas las variables para ‘producir’ pilotos muy preparados mentalmente, que afronten todos los escenarios que pueden darse en una carrera con las máximas garantías, que tengan una gran potencia física y que al mismo tiempo sean ligeros y flexibles. Disponer de los mejores ingredientes no garantiza el éxito de un plato, pero una receta adecuada incrementa las probabilidades de acabar el fin de semana saboreando el cava.
Aquí tienes nuestro ultimo podcast, donde comentamos todo este tema:
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